Por lo general todos traemos un costal cargando sobre los hombros que a veces está tan pesado que no nos deja circular cómodamente dando origen a actitudes nocivas.
A medida que pasa el tiempo este costal se va llenando de resentimientos, palabras no dichas, preocupaciones, culpas, suposiciones y asuntos pendientes.Aprende a aligerar la carga continuamente, de lo contrario llegará el momento en que ya no podrás más y te sentirás atascado, atrapado y sin opciones. Busca tu espacio para la contemplación, reflexión y respiración. La meditación frecuente te renueva y refresca la claridad de tus pensamientos.
Mientras más tienes por dentro, menos necesitas por fuera …
Échenle señores!?