Estamos habituados a fijarnos más en lo negativo que en lo positivo y esto hace que constantemente nos estemos quejando. Que hay mucho tráfico, que hace mucho frío o calor, que hay mucho trabajo o que no hay suficiente. A medida que somos mejores para quejarnos de todo, nos perdemos de las cosas positivas a nuestro alrededor.
El estar siempre buscando lo negativo tiene un efecto colateral que a veces no alcanzamos a percibir. Disminuye nuestra capacidad de creatividad, aumenta el nivel de estrés y reduce nuestra motivación y habilidad para lograr metas.
El depresivo más potente es la queja … A. Hoffmann
Échenle señores!?